Llegada a Macao e Natal

La terminal de Macao igualmente moderna con una gran cúpula de cristal que distribuye las distintas áreas en tres niveles, todos los carteles e información están escritos en portugués y en chino. En uno de los laterales del gran hall de la planta baja, leo en una placa que la terminal marítima “foi inaugurada polo Excelentísimo Sr. Presidente da República Portuguesa Dom Mario Soares no ano 1993“.
La luz que entra por la gran cúpula de cristal lo inunda todo, el ajetreo de los pasajeros y la familiaridad que me produce el ver todo escrito en portugués me anima a lanzarme a la calle aunque previamente debo pasar por la casa de cambio para deshacerme de los dólares hongkoneses y cambiar euros a patacas de Macao (si, patacas). La pataca de Macao se divide en 100 avos y se deben gastar in situ porque no se aceptan fuera de la región administrativa especial.
Macao mantiene este status administrativo desde 1999, año en que fue devuelto a China después de 400 años de ocupación portuguesa y mantendrá este status durante los próximos 50 años en que volverá al regazo de la madre patria. Todo sigue casi igual por el elevado grado de autonomía que disfruta, aunque interior, defensa y asuntos exteriores son de competencia exclusiva de China. En la práctica la invasión demográfica y económica China deja los acuerdos en algo simbólico.
Salgo de la terminal y cojo el bus al centro, tienes que pagar el importe exacto de lo contrario lo que sobre se lo lleva la empresa. La impresión de la ciudad desde el bus es de espacio, de limpieza y de un cierto aire de ciudad de vacaciones, el bus me deja en pleno centro en la avenida de Almeida Ribeiro, la sensación en el centro de Macao es de un pueblo en el que se ha parado el tiempo.
Conseguir habitación se pone complicado, voy por el tercer hotel y no hay sitio. Los precios se han triplicado y en la cuarta intentona consigo habitación en el hotel central por una noche, las siguientes están ocupadas. La habitación es un ejemplo de la decadencia de un glorioso pasado que ya nunca volverá a ser igual, la moqueta quemada por las colillas de los cigarrillos, la tapa de la cisterna es una tabla de madera bastante más grande que la superficie que tendría que tapar, la puerta del armario está desencajada, etc. Aún así, estoy encantado por haber
encontrado algo donde dormir y deshacerme de la mochila.
Ya ligero de equipaje prosigo la busqueda de hotel para los próximos días, todo ocupado. Me salgo de las calles principales con la esperanza de encontrar algo en la maraña de callejuelas del casco antiguo. Una placa me recuerda que estoy en la “Rua da Felicidade” , casitas de dos plantas de estilo cantones a un lado y otro, con sus balcones de contraventanas rojas y que guardan tal homogeneidad que por momentos me transporta a la China que había visto en mi infancia en las películas.
Casi al final de la rua da Felicidade un cartel del hostal Tiang You me devuelve a la realidad para recordarme que sigo buscando refugio para los siguientes días. Entro y subo las crujientes escaleras de madera forradas de una especie de hule reforzado, ya en la primera planta un comité de señoritas (adolescentes en su mayoría, o eso a mi me parece) me reciben con toda clase de proposiciones ( o eso creo) en chino, una de ellas en un inglés excelente vomita un “let´s go for a fuck” (vamos a echar un polvo), debía de ser lo único que sabía porque lo repitió varias veces como un loro. Ante tal avalancha enfilo hacia la recepción preguntando por
habitación para hospedarme, a partir de ese momento el acoso cesa de inmediato, uh! Que alivio. La señora de la recepción me acompaña a la segunda planta y me enseña la habitación. Las paredes son de chapa de madera, la pared que da al pasillo tiene en su parte superior una ventana apaisada sin cristales para facilitar la ventilación. Los 6 metros cuadrados incluyen cama de matrimonio, lavabo, espejo, mesa, silla y unas cuanta perchas colgadas de unos clavos en la pared. No hay otra opción, me la quedo.
Bajando para la 1ª planta y sin acoso alguno veo como los cliente esperan su vez, son chinos mayores, algunos casi ancianos que al cruzarse con mi mirada responden con una sonrisa de complicidad. La planta de abajo está dedicada al alquiler por horas, bueno o por minutos según las necesidades del cliente.
Con la tranquilidad de saber que tengo resuelto el alojamiento, me lanzo a descubrir el Macao Monumental que es centro histórico más antiguo, más extenso y mejor conservado en China tanto de arquitectura oriental como occidental, que por algo ha sido declarado patrimonio de la humanidad.
Dejo atrás la rua da Felicidade que más tarde me enteraría que en tiempos fue parte del barrio de las prostitutas y del que yo tengo el honor de presenciar los últimos vestigios vivientes. Empiezo el recorrido arquitectónico do Portugal de ultramar por la plaza principal “O Leal Senado” presidido por el antiguo ayuntamiento hoy instituto para os assuntos municipáis, al otro lado o predio de correios e telégrafos e contiguo a este “ A santa casa da misericordia” todos ellos, edificios de gran porte y de inconfundible estilo portugués, la plaza presidida por una gran fuente y enlosado con los tradicionales mosaicos portugueses blancos
y negros me transportan a estampas portuguesas de la metrópoli.
Emocionado y arropado por aquel paisaje urbano tan familiar, sigo por rua de Santo Domingos, rua da Sé y me encuentro con la catedral, muy bien conservada, impoluta y preparada para tan significadas fiestas, as de Natal. Miro el horario de misas y la de hoy, a missa de Galo, será en portugués y cantonés.
Continuo por la plaza de la compañía de Jesús rodeada de edificios de estilo neoclásico, dejo atrás las ruinas de San Pablo y subo las larga escalinata que me lleva al monte Fortaleza, bordeo la muralla disfrutando de las vistas hasta donde los edificios del nuevo Macao me lo permiten. Al cruzar una de las puertas de acceso a la fortaleza leo en una lápida:
ALTO! SENTIDO!
RECORDA POR UNS INSTANTES
A HISTORIA LINDA DA NOSSA PATRIA.
ENTRA ALTIVO E DE CABEÇA ERGUIDA PORQUE ES SOLDADO DESSA PATRIA.
Desde luego estos portugueses son unos fenómenos, en humildes cascarones por embarcación, hace más de 400 años, bordearon África pasando por el cabo de Buena Esperanza, remontaron otra vez África por el este, saltaron a Goa y desde allí a Macao. Toda mi respeto y admiración para tantos portugueses ilustres que con su valentía y sabiduría llevaron a Portugal a todos los campos de la navegación, la ciencia y las letras, vienen a mi mente portugueses ilustres como Vasco de Gama, Camoes, Figo, Saramago,(que delantera!). Pena de nao ter unha garrafa de vinho verde, porque hoje estou doente de saudade cómo para me embriagar.
Bajo de la fortaleza plenamente consciente de la gesta histórica que supuso en su momento el establecimiento de Macao como colonia portuguesa.
De camino a la plaza principal (Leal Senado) me paro en los jardines de Camoes (soy el único turista) donde me pierdo observando como los naturales de Macao disfrutan del parque (todos de rasgos orientales); una anciana es curada de las piernas por un curandero que va colocando vasos al vacio, un grupo de jubilados toca instrumentos chinos mientra otros les escuchan, otra parte de parque está tomada por corrillos de espectadores que presencian una partida de una especie de ajedrez chino, en otra parte unas mujeres ya mayores juegan al badminton. El parque tiene infinidad de recovecos, en uno la estatua del primer cura católico oriental que introdujo el cristianismo en Corea, en otro la efigie de Camoes (por
supuesto), en otro recoveco muy escondido varias timbas de poker en pleno suelo, en otro unas ancianas haciendo taichi.
Ya enfrente de la Santa casa da Misericordia y debajo de las arcadas que rodean la plaza me tomo del tirón dois pasteis de nata mientras observo como tanto la plaza como el centro histórico está tomado por cientos y cientos de turistas que según me informó la camarera proceden por este orden de: China continental (la mayoría), Hong Kong y Singapur. Se les ve con dinero, sobrados de cámaras, buena ropa y se lo comen y compran todo. Pensándolo bien, que pasaría si al otro lado de la frontera portuguesa tuviéramos un enclave auténticamente chino? No sería toda una experiencia el visitarlo? Y si además fuéramos nuevos ricos?
Coño! Acabo de encontrarme una piedra en uno de los pastelitos de nata, indago con cuidado y para mi sorpresa es un empaste, vaya faena! Hubiese preferido que fuese del pastelero. Prefiero no pensar en ello. Me voy para el hotel central a tomarme un descanso que a la noche tengo misa de gallo.
Llego 10 minutos antes de las 12 y la catedral ya está a tope. Los feligreses de rasgos orientales son mayoría y los escasos occidentales no creo que pasen del 3%. Por la vestimenta parecen de clase media y entre los occidentales los viejos son mayoría. Entra el coro en el altar compuesto por unas 20 personas todas uniformadas con unos batines blancos y unos fulares azul bandera gallega. Me siento cómodo, conozco el ritual y hasta por momentos tengo un sentimiento de pertenencia al grupo, no cabe duda que tengo más afinidad con los que están dentro que con la marabunta que hay fuera celebrando una fiesta occidental-comercial llamada navidad.
Un estremecedor comienzo de ceremonia irrumpe en la catedral a través de órgano que suena a gloria, a ello se suma el coro, bocanadas de incienso lo inundan todo sin saber de donde viene, por la puerta principal entra la comitiva que abre media docena de monaguillos (monísimos) con sus uniformes en tonos blancos y rojos, los crucifijos, el botafumeiro de incienso, detrás de la nube sagrada le siguen otra media docena de curas de los cuales dos son occidentales y finalmente el excelentísimo Sr. Diamantino Wang, obispo de la diócesis de Macao que oficiará la santa misa. Espectacular! De allí al cielo solo hay una parada de metro.
La misa se celebra en cantonés y portugués y a medida que se va desarrollando, yo voy perdiendo fuelle y ausente de la ceremonia voy fijándome en otros detalles tanto de la catedral como de los feligreses.
Pero no soy el único, fora escoito as crianças dos feligreses a brincar e rir a gargalhadas. Como todos los años la misa es retransmitida en directo por la
radiotelevisión de Macao con tres cámaras apostadas en lugares estratégicos, por cierto uno de los cámaras no para de mascar chicle. Me tomo un respiro y salgo para afuera, donde entablo conversación con dos hermanas gemelas (no monjas) que viven en Porto y que tienen 24 años, estudian medicina y han pasado un año de Erasmus en Salamanca. Son originarias de Macao y se fueron para Portugal en el 99 cuando Macao paso a China. Es la primera vez que vienen desde que se fueron y lo que más le llama la atención es la invasión de chinos y la estampida de portugueses posterior a la firma del acuerdo. Aún así su nostalgia no puede con una
alegría natural que invade sus caras, sobre todo al contar lo bien que se lo pasaron en Salamanca. Su madre aún guarda algo de esa alegría transmitida a sus hijas, su padre sin embargo, muestra una faz de seria y contenida decepción, enjuto, de tez oscura y con unas enormes ojeras, enciende un cigarro mientras mira ausente la plaza de la catedral.
El final de misa es un encuentro a la puerta de la catedral de viejos y ancianos nostálgicos descendientes de portugueses, ya mayores, incapaces de cambiar el rumbo de sus vidas y resignados a lo que el tiempo les depara. Se saludan con cariño, se desean feliz natal y se marchan cada uno por su lado para diluirse entre las hornadas de chinos recién llegados.
Con una tristeza contagiada por lo que veo, encamino hacia el hotel mientras me voy encontrando con pandillas de niños bien chinos disfrazados de Papa Noel que continúan la celebración en los alrededores de la iglesia de Santo Domingo y aledaños da rua de Mercadores. Aparte de lo gastronómico y lo histórico-cultural, Macao es conocido por sus casinos y lo será mucho más en el futuro. Ahora mismo, los casinos y el torrente de dólares que vierten en la ciudad son la savia de Macao,
está llamado a ser las Vegas de Oriente. A los chinos les encanta el juego pero está prohibido, así que están esperando 1300 millones al otro lado de la frontera para venir a Macao a probar suerte. Dedico parte del día a visitar algunos casinos, destaca el Gran Lisboa en la parte más próxima al casco antiguo, neón, gran cúpula central que da cabida a 5 plantas dedicadas al juego, inmensas lámparas de cristal, más humo en la plantas superiores, inmensas puertas de entrada y diminutas puertas de salida, mesas y más mesas de juego, corrillos alrededor de las mesas, jugadores con los 5 sentidos puestos en la partida.
Nuevos casinos en construcción en los terrenos ganados al mar, el Venecian, el Pharaoh´s Palace Casino, etc, etc. La mayoría son de capital mixto Chino-Americano. Los americanos ponen la experiencia de las Vegas y los Chinos el terreno y los clientes.
Hoy ha amanecido lloviendo y así continua durante todo el día, las calles se han limpiado de turistas y lo único que puedo hacer y me apetece es quedarme en la habitación, leo la guía para ir preparando el salto a Yangoon, salgo un par de veces para comer algo (sigue lloviendo) y escribo lo que ahora estás leyendo. El día transcurre placidamente y la paz del hostal Tiang You se ve interrumpida por una multitudinaria discusión de las chicas de la planta baja, es como si de repente entrase un zorro en el gallinero.

Es hora de ir recogiendo, de desearte un feliz y prospero año nuevo y despedirse hasta el siguiente capitulo

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1 Response to "Llegada a Macao e Natal"

  1. AnToxo says:
    29 de diciembre de 2009, 12:34

    espero que te haya gustado encontrar esto aqui toño....

    saudos e bikos , vemonos en bangkok, pero eso sera xa o ano que ven


    FELIZ ANO

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